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Dos meteoritos más habrían caído en 1912 y 1962 ó 63, pero se carece de las pruebas rocosas. Hay tres casos documentados de bolas de fuego, dos falsas bolas de fuego (casos de cuerpos antropogénicos), cuatro casos incógnitos (posibles cuerpos antropogénicos), y dos supuestos cráteres de impacto que resultaron no serlo. Con base en extrapolaciones mundiales, las probabilidades de que caiga un meteorito en Costa Rica, con un peso de al menos 1 kg son de 0,44/año, aunque sería esperable recuperar un meteorito cada 1200 años de historia. Se discuten las lagunas legales que existen sobre la propiedad de meteoritos caídos y seguros contra meteoritos.

Hay tres clases de meteoritos: los férreos, compuestos principalmente de hierro y níquel, muy densos; los pétreos, los más abundantes, compuestos de silicatos densos de hierro y magnesio, y los férro-pétreos, intermedios entre los anteriores.

POSIBLES METEORITOS DEL PASADO EN COSTA RICA

En América Central sólo hay tres meteoritos documentados
como vistos caer y recuperados (Graham et al., 1985): el llamado “Rosario”, encontrado en 1896 en Honduras, un meteorito férrico (octaedrito con grandes bandas de Widmannstätten) del cual existen muestras en Nueva York (2 kg), en el Museo Británico (118 g) y en el Museo de París (200 g); el “Chinautla”, recuperado en 1902 en Guatemala,
que también es férrico (un octaedrito medio con una masa de 5,7 kg), de los cuales, 1200 g están en el Museo Británico y 133 g en París, y el tercero es el meteorito Heredia.

En los últimos miles de años, es seguro que hayan caído meteoritos en el territorio costarricense. El problema es encontrarlos o identificarlos. En la Luna sin atmósfera, o en Antártida cubierta de nieve, seca y fría, los meteoritos se conservan inalterados, prístinos, y son fáciles de divisar. En cambio, con la abundante  vegetación en sitios tropicales, las posibilidades de distinguir meteoritos en el terreno, son bajas. Además, la humedad ambiental y del suelo, degradan aceleradamente los meteoritos, por sus componentes metálicos y silicáticos. Por ambas razones, son casi inencontrables en Costa Rica.

A continuación falsos cráteres en Costa Rica, avistamientos e incógnitas:

crateres cr

En un mapa geológico-fotogeológico con fines hidroeléctricos, de la cuenca del río Savegre (Dengo & Escalante, 1980), sobresalía una estructura de 600 m de diámetro, sospechosamente circular cerca de la  confluencia de los ríos Savegre y División (Fig. 1), sobre rocas sedimentarias de edad terciaria, muy cerca de una falla, por lo que los autores sugirieron que podría ser un cráter por impacto de meteorito. Una visita posterior de algunos geólogos del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), desechó la teoría del cráter de impacto, y más bien lo catalogaron como una cárcava de erosión (S. Mora, com. oral, 1995). Parece muy improbable que se preserve una estructura de este tipo, de tamaño tan modesto, en un ambiente tan agreste como el de esa zona, por lo que la explicación última es plausible.

El meteorito Heredia: 1o de abril de 1857 Entre las 7 y 8 de la noche del 1o de abril de 1857, la población del Valle Central de Costa Rica fue sorprendida por una bola de fuego, que cruzó San José y causó un impacto detonante en Heredia . Una reseña de este evento se encuentra en el libro de Don Cleto (González, 1910), y algunas  acotaciones adicionales fueron hechas por Soto (1989a y b)..

Domeyko (1859) describió por primera vez las muestras obtenidas, reportando que éstas eran varias, la mayor de más de 1 kg de peso. El meteorito apareció nominado en el listado Büchner (1863) como “Heredia”, debido al lugar de su impacto. Luego fue estudiado un poco más en detalle por Mason (1963), quien lo catalogó como “uno del tipo H5, una condrita olivino-broncítica brechiada, con 18% de olivino”. Las condritas pertenecen al grupo de los meteoritos pétreos y son los más antiguos y casi inalterados a través de toda la historia del Sistema Solar. Se les llama así porque tienen cóndrulos, que son esferitas de silicatos de tamaño milimétrico. Las condritas del tipo H son las que tienen la más alta cantidad de hierro, presente en el olivino, la broncita y en parte en estado metálico.

meteorito heredia

Fotografía del espécimen del meteorito Heredia exhibido en la Escuela Centroamericana de Geología de la Universidad de Costa Rica. Las áreas brillantes en la parte izquierda, arriba de la cara frontal superior y del lado derecho de la cara frontal inferior corresponden con minerales metálicos.

Con base en las características físicas observadas por los astrónomos en los asteroides y su comparación con las de los meteoritos, se ha podido especular cuáles asteroides son los cuerpos de origen de los diferentes tipos de meteoritos. Los de tipo H, con alta probabilidad proceden del asteroide 6 Hebe, que tiene 185 kilómetros de diámetro y está en el cinturón principal de asteroides (véanse detalles de los cuerpos de origen de los meteoritos en McSween, 1999). De tal manera que el meteorito Heredia, muy probablemente procede de ese asteroide.
Aunque en Costa Rica no se reportaba que hayan quedado muestras del cuerpo extraterrestre, hasta el año 1999 había quince institutos en el mundo que guardaban  fragmentos de él y cinco con secciones delgadas. Algunos otros fragmentos en colecciones privadas no son conocidos, pero probablemente existen.

AVISTAMIENTOS

El Noticiero del 13 de noviembre de 1903 da cuenta de “Un bólido el día 9 de noviembre, a las 10 h 23 m y dirección SSW.” No presenta más detalles ni localidades.
El Noticiero del 2 de diciembre de 1905 refiere que “El lunes pasado [27 de noviembre], se vio en Barva un aerolito como a las 10 1/2 de la noche, se desprendió del oeste y corrió hacia
el este. La bola de fuego como se le llamaba era del tamaño de una bola de fútbol, pasó a corta distancia del suelo como a 300 m. y al apagarse se oyó una detonación sorda como de un cañonazo y enseguida como lámparas eléctricas que hayan hecho descarga.”
El Noticiero del 17 de mayo de 1906: “[El] 15, a las 10 h 19 m hubo un trayecto de un bólido con trayecto SSW - NNE por espacio de unos 10 seg.” No menciona detalles sobre las
localidades. La Prensa Libre del 7 de noviembre de 1907: “Anoche hubo una lluvia de exhalaciones estelares. Una observación cerca de las 9 de la noche y con dirección NO, 5 exhalaciones. Eran estas brillantes y desplegaban a su paso difusas bandas luminosas. Una persona Alvarado vio tres en el intervalo de 15 minutos caer en dirección SO. El tercer aerolito era mayor que sus dos compañeros y tenía un tinte rojo acentuado. Pocos segundos después de ocultar y en la dirección que lo hizo hubo algo así como un incendio que estalló iluminando el espacio.”
El Noticiero del 13 de noviembre de 1910: “El 10 a las 3 a.m. fue visto en el cielo una bola luminosa [que] alumbró el espacio como la de la noche del terremoto [ver el siguiente subcapítulo
sobre la bola de fuego del 4 de mayo], haciendo un espantoso ruido. Este fenómeno fue presenciado por numerosas personas.”
El Noticiero del 6 de junio de 1912: “Desde Tortuguero 3 [de junio]: Los vecinos vieron desde la cumbre de un cerro, a eso de las 7 de la noche, [que] descendía paulatinamente una bola
de fuego que despedía chispas. Una explosión parecida al estampido de un cañonazo. El aerolito se había estrellado contra un árbol de coposo ramaje. En el lugar del suceso se podía observar (minerales) como si hubieran estado en un horno de fundición.”

 Muchos otros casos han sido debidamente documentados por la Revista Geológica de América Central y la facultad de Geología de la Universidad de Costa Rica, sin embargo para no extender el artículo solo nombramos algunos.

Fuente: Revista Geológica de América Central, 31: 7-23, 2004Revista Geológica de América Central, 31: 7-23, 2004ISSN: 0256-7024