Es un hecho, dentro de la investigación seria del fenómeno, que sus efectos físicos, ya comprobados por las diferentes disciplinas envueltas de la datación y la recolección de indicios han sido la comidilla de los investigadores, militares y civiles a lo largo de las décadas desde aquella visión en el Monte Rainier de Kenneth Arnold, en 1947, momento que universalmente se ha tomado como el inicio de la era moderna de los fenómenos aéreos no identificados (U.A.P). Esto por cuando los paradigmas de esa investigación no han variado mucho luego de esas décadas de la popular era de oro del proyecto libro azul y demás investigaciones, refiriéndose específicamente al ir detrás del armatoste de tuercas y tornillos, como en su momento se refirieron leyendas de la talla de Jacques Vallee, Antonio Rivera o J.J. Benitez.
Estos paradigmas siempre han estado enfocados en los efectos de las variables físicas, y han sido pocos los llamados “analistas” del ¿por qué?, la casuística sucede de la forma en que lo hace, no hay un consenso entre los mismos investigadores al respecto, sin embargo si una rica y variada vitrina de hipótesis y teorías “más allá” de lo evidente, como es el caso de la tendencia en el folklore de Vallee, o la teoría de la distorsión de José Antonio Caravaca entre otras, como hemos hablado en otros artículos, en el caso del presente me dirijo específicamente a una posibilidad interesante que se está dando en la dinámica digital de las masas en éste mismo siglo XXI y que no necesariamente tiene relación con estas teorías pero si algún apuntalamiento, posiblemente ya analizado antaño por otros teóricos de los no identificados.

Condicionamiento Operante
En 1938 BF Skinner, un renombrado psicólogo americano, en un intento de medir y objetivar al máximo la respuesta instrumental y, al mismo tiempo, de liberarla de términos mentalistas (como consecuencias satisfactorias o molestas), reemprendió la ley del el efecto y la reformuló como la ley del reforzamiento.

Según la ley del refuerzo, los organismos aprenden conductas nuevas que éstas van seguidas de un refuerzo; y sabemos que han sido reforzadas porque aumenta la probabilidad de que vuelvan a aparecer estas conductas en un futuro. Skinner materializó la demostración de la ley del reforzamiento instaurando el proceso de condicionamiento operante con la jaula diseñada por él mismo y llamada caja de Skinner.

Este aparato permitía que un animal como una rata (también utilizó palomas como sujetos experimentales) aprendiera una conducta arbitraria como es pulsar una palanca, siempre que la realización de esta conducta fuera seguida de la presentación inmediata de comida que reforzaría esta conducta operante.
Los seres humanos somos básicamente seres de respuesta/estimulo, nuestra biología (independientemente de nuestro sistema de creencias) nos prima como criaturas aún bastante primitivas en la lucha diaria por la supervivencia, al menos en tanto no seamos conscientes de nuestra realidad y entorno más allá de ello.

Los estímulos de los OVNIs
Si bien es cierto tenemos capacidad de decisión, al menos eso creemos, ¿será posible que los factores de condicionamiento sean tan fuertes que no nos hayamos dado cuenta de que estamos prácticamente dentro de una enorme y colosal caja de Skinner con respecto a los llamados fenómenos OVNI, en cuando a estímulos bajo las variables de luz, sonido e incluso situaciones someramente psicóticas y de carácter meramente psíquico?
En ese sentido, quien quiera que esté detrás de estos objetos , esa inteligencia, podría estar utilizando precisamente este tipo de fuerza de respuesta estímulo, desde el punto de vista de luces, sonidos, avistamientos, o incluso comunicaciones abiertas de tipo mental o cualquier otra índole para condicionar factores de respuesta, una respuesta de por sí esperada en los individuos que son sometidos a estos estímulos. Veamos un ejemplo típico: Según datos de la fundación FREE publicadas en la magna obra publicada en 2018 (en mi opinión), llamada “Beyond UFOs”, un 85% de los sujetos bajo estudio de éste trabajo que tuvieron experiencias conscientes con inteligencias no humanas (una población de 3256 nada despreciable del estudio), manifiestan una tendencia a cambios de comportamiento en beneficio del planeta, la ecología, la consciencia del ser, la espiritualidad sin religión, y una necesidad inherente de compartir con la vida (en todo el sentido del término) la trascendencia de la misma; todo ello luego de haber pasado por estas experiencias supraverbales. De hecho 1919 sujetos no querían que su experiencia terminara.
Entonces, podemos ver los paralelismos entre estímulo y resultado, claro está, en una escala cognitiva magnificada, una escala global y humana psíquica, algo nunca visto, estamos hablando de ingeniería social en su escala planetaria.
Tanto Vallee como los directivos científicos de FREE, podrían estar en lo cierto al afirmar que la inteligencia detrás de los llamados U.A.P. podrían estar “Forzando” un estímulo generacional con resultados a mediano y largo plazo, una especie de curva de aprendizaje subliminal cognitiva, y para ello se valdrían de medios simples como estímulos visuales, emocionales, auditivos, o incluso psíquicos.

Las aplicaciones
El procedimiento de condicionamiento operante iniciado y desarrollado por Skinner le permitió predecir y controlar la conducta. Estos conocimientos han sido esenciales en diferentes ámbitos de la psicología: así, han tenido repercusiones, principalmente, en el ámbito clínico o terapias de conducta, en el ámbito de la enseñanza y en aspectos sociales.
Las máquinas tragamonedas y los juegos en línea a veces se citan como ejemplos de dispositivos humanos que utilizan sofisticados programas operativos de refuerzo para recompensar las acciones repetitivas.

Se ha identificado que los servicios de redes sociales como Google , Facebook y Twitter utilizan las técnicas. Los críticos utilizan términos como el marketing skinneriano por la forma en que las empresas utilizan las ideas para mantener a los usuarios interesados ​​y utilizar el servicio.

La gamificación , la técnica de usar elementos de diseño de juegos en contextos ajenos al juego, también se ha descrito como el uso de condicionamiento operante y otras técnicas conductistas para fomentar los comportamientos deseados de los usuarios.
Si esto es así en una pequeña escala en el neuromarketing digital, la pregunta que cabe es ¿Será posible que éstas inteligencias pudieran estar sembrando factores de condicionamiento para que de alguna manera los seres humanos mutemos la consciencia de acuerdo a un orden exógeno desconocido a nivel cósmico?, como les digo aquí estaríamos hablando de ingeniería social es su escala máxima, y no creo que los llamados tripulantes de los no identificados, o ese agente externo ( como lo llama Caravaca) sea indiferente a éste particular.
Hay quienes bajo esa óptica podrían hablar de manipulación, sin embargo debemos tener claros los conceptos, la diferencia de la toma de decisión dentro de la caja está reforzada por los estímulos, pero eso no implica que se vaya a tomar, es decir no se crea una tendencia ( en el caso de los humanos) solo se dan opciones, esto por cuando por ejemplo, he conocido personas que han pasado por experiencias supraverbales con el fenómeno OVNI y ello no necesariamente les cambia la vida, simplemente la continúan y de ahí nace ese 15% restante de las estadísticas del trabajo de FREE, del que les hablaba antes en el presente artículo, claro que la variable de la intensidad de la experiencia está siempre amenazante, o sea, entre más explícita sea ésta, más fuerte es su efecto de estimulación, no solamente en el sujeto sino también en su entorno sociocultural, pero todo esto es conocido al dedillo por la inteligencia detrás del fenómeno OVNI y de ahí surgen los llamados grupos de contacto, pero ese no es el tema del artículo.