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Aplicable en todos los ámbitos de nuestra vida diaria, y enaltecida por un mundo de redes sociales, influencers y escaparates virtuales, estamos al descubierto ante el planeta, cuando posteamos en Facebook, hacemos un comentario o compartimos una publicación.

Particularmente en esta web- Enigmas Costa Rica- tratamos de dar un enfoque y centrarnos en un objetivo sobre un tema determinado, pero es torrencial la lluvia de críticas no hacia el argumento, sino hacia el argumentador…
El politólogo colombiano Javier Urrea Cuéllar señala que hay cuatro comportamientos que nos convierte en necios y nos impiden ver la luna: ignorancia, pesimismo, envidia e indecisión.greta t
Un caso típico que se ha dado recientemente es el la niña activista Greta Thunberg, que más que generar pasiones por el cambio climático y la conservación del medio ambiente, ha sido objeto de innumerables artículos y videos mofándose de sus muecas, gestos, ademanes, que si sus padres la manipulan o si cena en x restaurante o que es instrumento de un turbio grupo oculto mafioso eco-verde dispuesto a “hacer sentir a los humanos culpables del cambio climático”, o sea un perfecto espécimen de “dedo defectuoso”; volviendo a la frase de Confucio.
La estupidez del necio llega a niveles cósmicos apocalípticos, como decía antes, en todos los ámbitos; bajo esta premisa, podemos asegurar que TODOS los investigadores, difusores y buscadores de la verdad sobre temas de misterio y enigma (tema que nos atañe en ésta web)han sido víctimas de este debacle, para sazonar mas la sopa de la idiotez social, agregamos un poco de superficialidad demostrada con memes, burdas tonterías incoherentes sin argumento, y una ceguera mental o una macrocefalia hueca desproporcionada por parte de los internautas, muy específicamente los que tienen cuentas en las redes sociales.
Como leí por ahí de un filósofo moderno: con las redes sociales se le ha dado voz a los idiotas, un poco fuerte pero no es para menos.
En ese sentido cuando se publica por ejemplo una investigación sobre un tema por ejemplo el fenómeno OVNI, lo primero que se pregunta el público soez, fijándose en el dedo, es por el tipo que está publicando, si tiene X o Y facultad o estudio, etc, etc y hasta si es de nacionalidad empática con la nuestra o no…a lo mucho se consigue fijarse en la imagen que ilustra el artículo en cuestión, eso ha dado pie a una especie de lenguaje iconográfico generalizado, donde las personas no leen mas de 5 lineas de texto, he de ahi la razon de ser de redes como Instragram por ejemplo, imagen=ícono puro y simple.
Al final, como dice Javier Urrea, “El salto del “yo” al “nosotros” parece una misión imposible que se puede cumplir cuando logremos cambiar la fe por el esfuerzo, las velas por el trabajo y el resentimiento por la admiración. La envidia nos come vivos y nos condena al subdesarrollo.”
Nos encanta ver los dedos para olvidarnos de que existe la Luna. Nos hemos acostumbrado a quedarnos en la anécdota en vez de ir a la génesis de las situaciones, y esto ha acomodado, adormecido y anulado nuestra capacidad crítica y analítica: nos tragamos todo lo que nos echen, hasta el punto de banalizar la vida humana como si no fuera con nosotros, como si el hecho de la muerte fuera algo ajeno a nuestra vida propia por ejemplo, espectadores de todo lo que pasa tras el cristal por el que nos hemos acostumbrado a mirar la vida.
Parece ser una labor titánica para el vulgo, utilizar un poco más de neuronas para pensar, literalmente PENSAR, y dejar de guiarse por la superficialidad de lo banal y profundizar en cualquier tema, más allá de la forma, yendo directamente al contenido.
Ha de haber muchísimos factores influyentes para que las personas actúen de esa manera, incluso la escolaridad, o los valores hogareños, sin embargo, en la era de la información no hay excusa para cerrar las posibilidades a una mentalidad pobre.
Es un hecho que las redes sociales son el futuro, pero si por la víspera se saca el día, estamos empezando con el pie izquierdo, en el futuro será extremadamente valiosa la persona que logre englobar y actuar bajo el concepto de “crítica constructiva”, es decir atacar el argumento y no al argumentador, cosa imposible para la masa de millones que se mueven en los perfiles de Instagram Facebook y otras.
Nos encanta comer, comer gente, si, detrás de un teclado donde creemos que nada sucede (absurdo por defecto), y creemos que todo es una fiesta infinita en las redes, para muestra un botón: uno ve los perfiles de las personas compartiendo sus “datos personales”: como “Trabaja en ANDE pa rriba y ANDE pa abajo”, o “Estudió en Harvard University”, ni siquiera podemos tomarnos en serio algo que se viene en ciernes como lo es una red social, y las personas comparten memes, vulgaridades, sandeces y estupideces como si fuera la gran gracia, contribuyendo a poner un lente de aumento sobre el dedo, y dejando “la luna” a una distancia astronómicamente fuera del alcance del ojo del vulgo.
Es una verdadera locura, me recuerda un poco la escena del Chavo del Ocho donde se le avisa al chavo que se derrama el agua del bote y él se asombra por el asunto, pero simplemente se queda viendo como se derrama el agua, sin hacer un mínimo esfuerzo por pasar a arreglar el problema; y, ¿hasta cuando seguiremos fijandonos en el dedo?
En palabras simples, un círculo vicioso infinito, donde nada es en serio, ni siquiera las opiniones, todo lo que pasa en una red social nos parece un simple chiste. Pobre aquel que piense asi, lamentablemente , una gran mayoría...