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El fenómeno OVNI y la Telepatia

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Una pequeña introducción a las dos disciplinas clásicas que han abarcado el estudio de la telepatía: la parapsicología y la percepción extrasensorial, nos dará una perspectiva inicial sobre lo que trata este tema, ya que es el que más “suena” en torno a las referencias que de éste se hacen dentro de la parapsicología.

 La palabra parapsicología proviene de tres palabras griegas:

para=a un lado o más allá, psique=alma, espíritu o mente y logos=razón o razonamiento (estudio o tratado). La parapsicología se considera que es una rama de la sicología, aunque muchos sicólogos no admiten a la parapsicología como rama de la sicología, pero hay otros, como Montague Ullman, que sí la consideran como tal. La parapsicología estudia sistemáticamente a todo aquel fenómeno síquico de características extraordinarias o de naturaleza paranormal, tal como es la transferencia del pensamiento (telepatía), la habilidad de percibir eventos y objetos ocultos (clarividencia), la predicción de eventos y sucesos futuros (precognición) y la capacidad de mover objetos o de influir en eventos y personas a distancia (telequinesis o sicoquinesis). Estos son fenómenos que no guardan relación o explicación con los fen& menos físicos y naturales conocidos. Las palabras investigación psíquica es el término que se usó originalmente para describir a estos fenómenos y el más amplio en uso en la actualidad. La palabra parapsicología implica abordar el fenómeno síquico de una manera experimental y cuantitativa, mientras que la investigación síquica estudia el análisis cualitativo de todo aquel caso en percepción extrasensorial espontánea, los médiums, la vida después de la muerte y otros fenómenos psíquicos.
Las palabras percepción extrasensorial (PES), llegaron ser de uso frecuente a partir de los estudios pioneros del fenómeno llevados a cabo por j.B. Rhine en la década de los 30”s de este siglo 20. El término es definido: “un estado de consciencia, o respuesta hacia un evento externo o influencia que no se puede conseguir por medio de los sentidos”. En el presente, muchos investigadores del fenómeno prefieren usar la expresión psi (la letra número 23 del alfabeto griego) como el término que representa a todo fenómeno síquico en general. La expresión psi, no implica a ninguna teoría específica, siendo así, el caso de la percepción extrasensorial. De este modo, psi, convenientemente cubre todo fenómeno psíquico extraordinario tal como es la telepatía, la clarividencia, la precognición y la psicoquinesis (incluyendo “poltergeists” o “fantasmas ruidosos”), etc.
La palabra telepatía se deriva de dos términos griegos:
Tele lejos o a distancia, patos=sentimiento o emoción. La palabra telepatía se usa por primera vez, a principios del siglo XX, por el investigador inglés del psiquismo humano Frederick W.H. Myers. Este investigador define la telepa1 tía como “la comunicación de cualquier clase de impresiones desde una mente hacia otra e independiente de cualquier canal sensorial reconocido”. En la actualidad, los investigadores de la percepción remota humana definen la telepatía como “la percepción extrasensorial de las actividades mentales en otra persona”. La telepatía guarda una estrecha relación con la clarividencia y con la precognición en donde la diferencia existente en la tele1 patía y la clarividencia es que, en esta última, la percepción extrasensorial es acerca de eventos objetivos y concretos; la diferencia entre telepatía y precognición consiste en que la precognición se refiere a esas manifestaciones de percepción extrasensorial acerca de even1 tos o situaciones que todavía no pasan y que no es posible explicar predecir con el uso de información recabada por la percepción sensorial y para luego ser elaborada conceptualmente en la mente. La telepatía, la clarividencia y la precognición se parecen más entre sí por ser fenómenos síquicos que suceden espontáneamente. Ejemplo de manifestaciones en telepatía, así como de la clarividencia y de la precognición, se dan en los sueños de personas que tienen una sensibilidad síquica extraordinaria. En otras palabras, hay personas que tienen supuestamente, más desarrollado el psiquismo y por consiguiente pueden, extrasensorialmente, “percibir” los pensamientos, deseos, sentimientos o emociones de otras personas en sueños y en el mismo momento en que estos están aconteciendo en la mente de otra persona. Este sería un caso de telepatía onírica. Para el caso de la clarividencia, una persona “psíquica” llega a tener sueños sobre acontecimientos que están sucediendo en ese preciso momento en que los está soñando y que después, la misma persona los puede corroborar como sucedidos. Si logra despertarse en ese preciso momento, escribiendo la descripción del sueño, anotando la hora y fecha del sueño y así, para más tarde informarse por otros medios de la veracidad de los hechos acontecidos según el sueño que tuvo. Sólo así, la persona corrobora que el sueño ha sido clarividente. Por último, la precognición en sueños. En este fenómeno, la persona sueña con eventos, cosas o personas que van a suceder o que va a conocer. Esto sucede en el momento que tiene un sueño y por lo general, sabe que este sueño es de alguna manera especial y que lo que soñó va a suceder en un tiempo determinado en el futuro. El que tiene un sueño “precognitivo” conoce a otra persona, algún suceso de un evento o algún objeto específico, antes que acontezca en el mundo real.
Muchos casos de telepatía espontánea se han reportado. Algunos de estos se han publicado por ser bien documentados y aunque son pocos los investigadores en percepción extrasensorial que reconocen en estos la “realidad” del fenómeno telepático, la mayoría de los investigadores, más bien, cree que estos casos espontáneos de telepatía aportan evidencias valiosas sobre el fenómeno. Los investigadores que más evidencia experimental han recabado acerca de la telepatía en particular y, acerca de la clarividencia y precognición en general son J.B. Rhine y j.G. Pratt. Ambos investigadores han llegado a la siguiente conclusión respecto de lo que ellos llaman casos dudosos en percepción extrasensorial. Por ejemplo, cuando se desea aislar un caso en telepatía en condiciones de laboratorio. El reconocimiento de un evento telepático “puro” es muy problemático. Porque se manifiestan posibles condiciones de clarividencia o, inclusive, posibles situaciones de precognición, al querer aislar a una manifestación que sea claramente telepática. Es por esto que ellos aseguran que “el fenó1 meno es difícil distinguir o aislar de un evento telepático, clarividente o precognitivo. Sin embargo, se han conseguido resultados afirmativos de telepatía con un orden testimonial mutuo: el caso reportado y estudiado en el campo y con la situación experimental dentro del laboratorio”.
Las tarjetas o cartas Zener, se usaron originalmente por los investigadores y pioneros del fenomeno “psi” para tratar de conocer el nivel de PES que podían demostrar los sujetos que afirmaban tener capacidad psíquica. Después de muchas exhibiciones alternadas por el investigador con las cinco tarjetas en que consiste cada juego y de las repeticiones acertadas que hace el sujeto investigado, sin que éste vea qué carta exhibe el investigador o sin saber el orden en que él las menciona, se puede determinar si el sujeto investigado muestra alguna forma de percepción extrasensorial, en especial telepatía. Este proceso es sometido a un análisis estadístico en donde se considera que se exhiben muestras de telepatía, si el resultado de este análisis da cinco aciertos o más por cada 25 exhibiciones de las cartas Zener. En otras palabras, si el sujeto experimentado acierta con una o más de una de las cinco tarjetas Zener, cada vez que el investigador se las muestra, entonces se supone que las posibilidades de que el sujeto “adivinara” correctamente las cartas es superior a un índice de probabilidad establecido en esta aplicación del método estadístico para que sean sólo “adivinanzas”. Es entonces donde el investigador en parapsicología se inclina por decir que ha observado al fenómeno “psi” manifestar- se en cierto sujeto experimental. La descripción anterior sobre la telepatía se basa en el concepto generalmente admitido por la gran mayoría de los investigadores en parapsicología. Pero este concepto y la realidad admisible de la telepatía resultan ser dos cosas dife1 rentes de acuerdo a los resultados que los investigadores han conseguido en más de 90 años con experimentos recabados e sujetos supuestamente en posesión de alta capacidad “psíquica”. Una realidad admisible para la telepatía e igualmente para toda manifestación “psíquica”, ya sea en clarividencia, precognición, telequinesis, o cualquier otra que se considera como tal, no se ha demostrado después de muchos años de investigación y después de que muchos investigadores, aun en países avanzados, se han dedicado al esclarecimiento de la “realidad” en estos fenómenos psíquicos.
El acercamiento más aceptado para el esclarecimiento de la realidad de fenómenos como el de la telepatía, ha sido considerando el de naturaleza electromagnética. Los mejores estudios realizados por el famoso investigador ruso, Vasiliev y sus subsiguientes colaboradores, a lo largo de 40 años (desde 1930 hasta 1970), afirman que la telepatía, al menos, ha mostrado ser un fenómeno que se puede inducir—aunque con ciertas personas nada más— a través de las corrientes electromagnéticas; estas pueden tener su origen en la Tierra, el Sol o las generadas y provenientes de laboratorios dispuestos para conseguir inducciones de energías electromagnéticas con el fin de “estimular” la comunicación telepática entre ciertos individuos “sensibles” a estas radiaciones especiales del espectro electromagnético. Al fin y al cabo, estas investigaciones, también resultaron inconclusas con el transcurso del tiempo. Pero, al menos, buscaron otra explicación para la telepatía, aparte de las cartas Zener ylos análisis estadísticos realizados por el inglés Sloan y los estadounidenses Rhine y Pratt, durante el mismo lapso de tiempo.
Experimentos médicos han demostrado que hay personas que son receptivas a una clase de transmisión electromagnética, que va desde la zona de las microondas, hasta las ondas de radio que se encuentran junto a las anteriores. Los “sonidos” —si así se les puede llamar— los “oyen” estas personas como “zumbidos” o codificados. En estas personas, las frecuencias emitidas estimulan directamente al nervio auditivo, sin pasar por los canales del oído medio e interno. Se demostró la realidad física de este mecanismo aparentemente “extrasensorial”, cuando se insertaron microelectrodos dentro de una fibra nerviosa del nervio auditivo, que luego recibió pulsos de radiaciones por microondas con una energía que iba de los 200 hasta los 3,000 megaciclos por segundo. Este pulso, permitió obtener diferencias de potencial en la fibra nerviosa de 0 hasta 10 milivoltios, tanto dentro como fuera de la membrana que cubre y transmite al pulso nervioso (Digest of the 1961 International Conference on Medical Electronics New York. IRE; y Copson. David, A. “Microwave Heating ¡n FreezeDrying, Electronic Ovens, and Other Application”. Cap. 19, Radiation Biology of Microwaves. The AVI Publishing Co. 1962). Cuando se estaban llevando a cabo estas pruebas con microondas moduladas, se notaba que las personas estaban percibiendo los pulsos de energía y no al conductor de la frecuencia. Es a partir de experimentos similares con pulsos de baja frecuencia de energía en forma de microondas, usados en las poderosas instalaciones de radar y los centros de telecomunicaciones, que se ha establecido una relación entre ciertos sonidos producidos por OVNIs, reportados por testigos, antes de ser “abducidos” y después de recobrar la conciencia, supuestamente después de terminada la “abducción”. De esta manera, los ruidos intermitentes que han llegado a oír ciertos testigos ante la cercanía de un OVNI, para luego pasar a experimentar un trance hipnótico, muy bien se pudo haber debido a una radiación de microondas de baja frecuencia dirigida al nervio y centro auditivo del testigo.
No sólo en los casos de testigos “abducidos”, sino en muchos casos donde los testigos admiten haber tenido “conversaciones” con los tripulantes de algún OVNI, se describe que la conversación tuvo lugar a “nivel telepático”, ya que el testigo no veía que “ellos” movieran la boca para hablar, pero sí escuchaba —dentro de su cabeza— que le estaban hablando y en su lengua natal (Jacques Vaheé. Pasaporte a Magonia. 1969; y Charles Bowen. Los Humanoides. 1968). Este aparente medio “telepático” de comunicación, de acuerdo a los estudios hechos con microondas inducidas directamente a los centros auditivos del cerebro, es una forma especial de comunicarse haciendo uso de radiaciones electromagnéticas que de algún modo “estimulan” ciertas partes del cerebro para producir la sensación de estar escuchando voces con mensajes más o menos inteligibles. Se cree que los ovninautas hacen uso de unas frecuencias de energía inducida con radiaciones de microondas para comunicarse con aquellos testigos con quienes desean tener algo que ver. Esta forma de comunicarse, de alguna manera u otra es semejante a la comunicación “telepática” entre personas “sensibles”. ¿Será la comunicación por medio de frecuencias electromagnéticas una forma directa en que nos podamos comunicar en un futuro cercano, o será solamente la forma en que se pueden comunicar seres inteligentes de otros mundos porque son transmisores y receptores artificiales, como lo son las estaciones de radio y las de TV aquí en la Tierra?
La historia de la ciencia y de la tecnología nos da respuesta satisfactoria a la primera pregunta: la mente humana ha sabido incrementar su capacidad comunicativa en forma exponencial, gracias a los avances en radiocomunicación, las comunicaciones vía TV, y las telecomunicaciones alrededor del mundo y alrededor de los demás planetas del sistema solar por medio de satélites y naves interplanetarias terrestres. Gracias a las telecomunicaciones electromagnéticas (radio, TV, microondas, etc.) se ha podido integrar todo el espectro posible de las formas comunicativas que poseemos. El lenguaje, por medio de la voz y las formas artísticas clásicas de comunicación, han sido superadas, hoy en día, con los novedosos sistemas de comunicación, como pocos se pueden imaginar. Todos estos sistemas en comunicación, no sólo fueron lógicamente posibies en un pasado cercano, sino que ahora se están volviendo prácticamente una realidad difícil de creer, debido a que estos sistemas de comunicación se han vuelto sumamente necesarios por lo prácticos que son en la vida cotidiana. nadie, con una sana mentalidad, trataría de comunicarse con sus parientes lejanos o sus seres queridos usando supuestas facultadas mentales telepáticas. Más bien, haría uso de un sistema telefónico actualizado y disponible, que usa microondas para transmitir los mensajes, de una manera precisa, clara y eficiente. Nadie, al menos que sea un “locochón”, haría un supuesto uso de hipotéticas facultades mentales clarividentes para saber qué está sucediendo en Europa en un día cualquiera. Basta con encender el televisor y sintonizar un buen canal —otra vez, de microondas— de los que nos llegan vía satélite desde Europa. Así es esto de sencillo y práctico.
 Finalmente, si verdaderamente queremos comunicarnos con los supuestos ocupantes vivos o artificiales dentro de los OVNIs, tendremos que usar alguna forma específica e inducida artificialmente de comunicación electromagnética. Este sistema comunicativo nos daría la ventaja de estar operando con un sistema físico, real y modelado técnicamente para comunicarnos efectivamente con entidades que, aparentemente, buscan una comunicación extraordinariamente íntima, efectiva y práctica con nosotros.

Fuente: Revista Contacto OVNI #41

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