Encuentros con humanoides son comundes dentro de la casuística OVNI y contactista a nivel global, Costa Rica no es ajena a esa realidad, aunque los testimonios de interés son pocos, éste en particular por sus características llama la atención.
Era el final de los años 70´s y principios de los 80´s, era un joven vivaz y muy sediento de información y conocimiento. Ya a esa edad acudía a ciertas logias en el centro de San José, donde se impartían enseñanzas de filosofías que retaban a los tradicionales pensamientos de una sociedad arraigada en el tradicional cristianismo católico. Romano y apostólico.
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Uno de los argumentos más cajoneros o de “lugar común” que esgrimen los escépticos de viejo cuño, cuando los medios informativos y el público informan sobre algún nuevo avistamiento Ovni, es afirmar sin más ni más (y como si se tratara de una verdad sacrosanta e incontrovertible) que los mismos son “globos sonda” comunes y silvestres o simple “caída de chatarra espacial” y san se acabó.
Quiero compartir con ustedes una historia tan interesante como increíble. Hace alrededor de diez años, mas o menos, soñé una vez que los extraterrestres vinieron a mi casa en la noche y me dijeron que me iban a llevar a conocer a una señora en El Roble de Puntarenas, un puerto en el Pacífico de Costa Rica.